------------------------------------YO Y MIS MÁQUINAS---------------------------------
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola amigos, os voy a
contar una pequeña historia que creo que es interesante y a la vez os
acercaréis un poco a mi “Yo”. Es posible que las críticas al final sean muy
diversas, pero por mi parte, quiero que sepáis que no busco la perfección en
casi ningún rasgo de lo que leáis. Cierto es, que mi interés por estar en
continua superación de todos mis sentidos y sentimientos ya me lleva a
autocriticarme para ser consciente de mis defectos y limitaciones, no obstante,
estoy abierto a mejorar y por eso os animo a ayudarme.
Mi vida está envuelta en
un torbellino de incógnitas por no tener la suficiente información de todo.
Ahora he decidido intentar centrarme solo en unas pocas cuestiones para no
volverme loco.
Me encanta admirar lo que
me rodea, sacar mis deducciones y a continuación, crear.
Me gustan las máquinas,
las actuales y las futuras pero sobre todo las antiguas porque de ahí empezaron
tantas aventuras milagrosas del ser humano. Tampoco voy a extenderme demasiado
aunque he revisado y estudiado algunas obras de Leonardo y anteriores. Me he
centrado en las que hacen aproximadamente un siglo hacia aquí. Por ejemplo, soy
un gran entusiasta de la ingeniería aeronáutica a partir de comienzos del siglo
pasado, de hecho, tengo algunas maquetas radiocontroladas de algunos aviones
que me encantan aunque no comparta algunas de sus finalidades. Unos de ellos
son el pionero aeroplano de los hermanos Wright, también un avión utilizado en las carreras de pilón donde se
premiaba tanto la habilidad de los pilotos como la velocidad que alcanzaban
alrededor de un circuito elíptico. Este modelo
se llamaba GEE BEE. Su estética estaba lejos de ser esbelta y estilizada poro
de ahí su encantador diseño.
También tengo un “Corsair”,
arma aérea de la segunda guerra mundial. Precioso aeroplano con unas líneas
esculturales propias de un juego femenino aunque se utilizó para fines trágicos
en parte de nuestra segunda y amarga
historia bélica.
Realmente, admiro a esos ávidos personajes que utilizando sus habilidades tanto de
intelecto como imaginativas, crearon
esas máquinas escultóricas tan increíbles y en la mayoría de veces
aparentemente retorcidas que nos han ayudado para alcanzar la comodidad que
requería el momento y la situación.
Bueno, en base a esta
corta introducción por mi histórico mundo mecánico, os contaré una corta
aventura que estoy viviendo actualmente que es curiosa y a la vez
fascinante por su contenido material y humano.
3 de diciembre de 2011.
Decidimos mi familia formada por mi hermosa mujer y mis dos hijos, a salir
aquel día de nuestro pueblecito Agramunt
, para realizar una incursión más por las curiosas y encantadoras calles de la
capital, Barcelona, en la que ya habíamos estado en varias ocasiones para
admirar la majestuosidad que desprende una ciudad tan grande, ofreciendo tan
gratos momentos de admiración y sorpresa. Nuestro objetivo era un mercadillo de
ocasión y antigüedades llamado “el mercat dels encants” , (el mercado de los
encantos) su nombre, ya lo dice todo.
Haré un intento de explicaros las sensaciones que me produjo ese
particular micromundo donde parecían estar todas las cosas que me fascinaban,
concentradas en un punto. Empezamos a
adentrarnos por una callejuela formada por un tipo de edificación simple casi
como barracones adosados en los que cada uno de ellos apenas tenían más de 30
metros cuadrados el más grande. Cada uno de aquellos cubículos ofrecían un elevado número de
objetos curiosos, sobre todo antigüedades de todo tipo, muebles, objetos decorativos,
máquinas antiguas, en fin, difícil de explicar porque necesitaría demasiadas
páginas para describirlos.
Nuestro objetivo era el de rescatar un mueble
para un lugar determinado de nuestra casa y así, empezamos a pasear entre los
pasillos que formaban aquel intricado lugar semejante a las callejuelas de esos
barrios tan extraños de Pekin. Después de inspeccionar unos cuantos de aquellos
establecimientos y comprar alguna que otra figurilla curiosa, llegamos a la
tiendecita que ya nos dio, en una ocasión, la satisfacción de poder comprar por
un precio muy económico uno de sus muebles. Después de rebuscar, volvimos a
tener suerte. Una cómoda de estilo colonial pero con una pincelada diferente a
cargo del artista Gustav klimt que nos enamoró al instante. Sus sinuosas curvas
lacadas en negro satinado y los cajones decorados con la magistral obra “el
beso” de dicho artista, hacían la combinación genial.
Continuamos nuestra
visita a la caza de otro artículo sorprendente. De momento, girando una esquina
de una calle estrecha, en el primer barracón cuyo espacio interior sería de
aproximadamente 10 m. cuadrados, estaban unas de mis fantasías más deseadas desde
hacía ya bastante tiempo. Entre baratijas y piezas de arte llenas de polvo,
habían unas preciosas máquinas de escribir antiguas. No tenía ni idea de sus
marcas ni modelos pero me atraían todas. Le pregunté el precio a aquel señor un
tanto extraño. Me contestó con tres cantidades diferentes que iban relacionados
con su estado de conservación. Las más caras, estaban en buen estado y las
económicas, mejor olvidarlo por el momento. Estuve a punto de decidirme por una
de ellas pero el sentido común saltó por encima de mi instinto básico pues se
acercaban las navidades con los gastos que conllevan y podría tambalear el
presupuesto. Mi mujer me animó a ello porque me conoce y sabía lo importante
que era para mí ese momento, (una vez más, le agradezco su compañía) no
obstante salimos raudamente de allí con la intención de olvidarlo… de momento.
Terminamos el paseo con
alegría por lo que habíamos conseguido aquella mañana de fresco invierno, pero
mis ojos no dejaban de mirar hacia allí.
Pasaron los días y una
tarde decidimos mi mujer y yo, acercarnos al pueblo de al lado para realizar
unas compras relacionadas con las fechas navideñas. Era un viernes por la
tarde, el crepúsculo ya había hecho mella al dios sol y empezaba a refrescar un
poco más. Un día al mes, por las calles céntricas, algunos mercaderes, montan
unas paradas con objetos antiguos y de coleccionismo, por ejemplo: monedas, sellos, candelabros, herramientas,
lámparas ,etc…
Al acercarnos a una de
las tiendas de ropa que rodean una plazoleta, me giro a echar un vistazo y…
¿Qué creéis que vi? Pues sí, una de aquellas máquinas estupendas, negra y con
detalles en cromo que no brillaban, mecanismos al aire que revelaban una
mecánica depurada pero un poco tosca para nuestro tiempo. Mi cerebro, volvió a
vibrar, a calcular, a decidir el nivel de necesidad que tenía de poseerla y caí vencido. Fuimos corriendo a
preguntar su precio pues aparentemente estaba en buenas condiciones. Justo me
pidió lo que yo podía ofrecer en ese momento. La oportunidad era de fantasía,
encajaba todo, hasta a mi mujer la encontré un tanto emocionada. Un climax
total.
Llegamos a casa, ya era
tarde y estábamos algo cansados. Subí las escaleras cargado con aquel artefacto
enorme y pesado, lo deposité encima de la mesa del salón mostrando orgulloso
a mis hijos aquella adquisición. Me dispuse a pasarle una bayeta para quitarle
un poco la mugre que la cubría cuando me di cuenta de que le ¡faltaban piezas! ,
bueno, no estaba seguro, así que cogí el portátil, me conecté a internet y
busqué fotos relacionadas con la marca y el modelo. Pues sí, le faltaban tres
piezas, bueno, tampoco era tanto.
Día siguiente.
Estaba realizando mi
trabajo en la oficina y no me quitaba de la cabeza aquella frustración con
sentimiento de engaño que me había producido el averiguar que aquello que tanto
deseaba, estaba incompleto. Me dispuse a buscar información para localizar esas
piezas y después de horas enfrascado, conseguí localizar un catálogo antiguo donde
aparecían todas las piezas de la máquina con sus códigos correspondientes, solo
había un problema, la persona que lo puso a la venta ¡estaba en Argentina!
¡Dios mío, eso está a la otra punta del mundo!, Lo cual quiere decir, que
además de lo que me costaba su compra, había que sumar el transporte. Seguro
que sería muy caro. Le puse jeta al
asunto y decidí ponerme en contacto con la persona que lo poseía. Después de
unos cuantos esfuerzos retóricos, conseguí que me realizara unas copias con escáner
de las páginas de dicho libro, aunque con tantas hojas le costaría una
eternidad pues me dijo que lo haría… a ratos. ¡Mecachis, no puedo esperar
tanto!
Conseguí que aquel señor
me informase de la cantidad que
resultaría el envío del paquete por correo ordinario y bueno… no era para
tanto, en realidad me pareció bastante económico el costo del gran salto al
charco oceánico, así que se lo compré.
Intento remediarlo pero sé
que soy muy débil cuando me encapricho con algo.
La espera se me hizo una ¡eternidad!,
en total fueron casi un par de semanas hasta que recibí mi premio, el catálogo.
Ya tenía el nombre, los códigos de las piezas y mucho más, la información del desmontaje de la máquina para su limpieza y
restauración, ¡una pasada!
Mi próximo objetivo era
el de conseguir los accesorios que me faltaban (digo que me faltaban porque
casi consideraba esas piezas como órganos propios de mi cuerpo, bueno… exagero
un poco). Me dispuse a buscar por internet, algún mecánico o restaurador para
que me ayudara. Me costó un infierno para localizarlo pues los hubo bastantes
que me dieron “calabazas”.
Viajé ciberespacialmente hasta Madrid para ponerme en contacto
con un restaurador y reparador de este tipo de máquinas. Le envié un correo y
me contestó muy amablemente una señora que regenta una tienda de antigüedades e hija de este señor con el que me puso en contacto. Le llamé por teléfono pues
no es internauta y le expliqué mi condición de diseñador industrial y que tengo la curiosidad de restaurar esta
preciosidad de obra mecánica. Me contestó que sería bastante fácil de conseguir
las piezas que me hacían falta y así fue (Le estaré eternamente agradecido). Disfruté desesperadamente la espera
placentera de recibir el paquete con las piezas que le faltaban a mi puzle
metálico. Ahora sí que estaba completa. Que satisfacción más grande dios mío.
Me di cuenta que algo se me estaba metiendo en la sangre. Estaba
disfrutando de la conjunción de pasiones íntimamente superficiales que me atraían desde hacía mucho tiempo al que
le faltaba un detonante y lo había encontrado. Mecánica antigua unida al arte
estilo “steam punk” al que mi neuroesfera estaba creando grandes expectativas y
proyectos uniendo aun más otra de mis pasiones, el diseño tridimensional. Esto
empieza ser algo muy explosivo y mi cabeza empieza a parecer un volcán a punto
de explotar uniendo pasado con futuro.
Me faltaba información para entender un poco más lo que
tenía entre manos. Estuve navegando durante días en el inmenso océano del
espacio virtual hasta que conseguí encontrar otro eslabón de esta cadena que
era el de conseguir un catalogo o libro que me despejara la neblina del tiempo
respecto a la mecánica, restauración y mantenimiento de estas maquinarias tan
peculiares. Entré en una librería especializada en volúmenes antiguos de toda
clase y después de rebuscador tras rebuscador, di con él, lo que andaba buscando,
justo lo que buscaba. Aquí tenéis la imagen.
La verdad es que una vez más, gasté el dinero que me faltaba
aunque tenía que creer que era una inversión acertada que, a largo plazo, me
haría salir del anonimato y disfrutar de mi aportación a la humanidad.
Me leí todo el libro, lo que me interesaba y lo que no pues
consideré que tarde o temprano me serviría para el proyecto. Su narración se
notaba que era de la época de los cuarenta y eso era lo que se me hacía más
divertido por la forma literaria de explicar los temas. Todo un clásico de la
ingeniería de ese tiempo.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Bien, continuamos con esta aventura.
Sabía que en el mercado del coleccionista en el ciberespacio, habría algo más que descubrir y me dispuse a explorarlo. Después de unas cuantas horas metido por callejones virtuales, empecé a conocer este fantástico nuevo mundo.
A lo largo de la historia, la raza humana ha tenido que ingeniárselas para conseguir ir más lejos con menos esfuerzo, de ahí, llegaron todas las máquinas, grandes y pequeñas en las que se dedicaron muchos esfuerzos para llevarlas a cabo y que luego la humanidad disfrutó y sigue disfrutando de ellas.
Concretamente y sin extendernos demasiado, están las máquinas de escribir, artefactos que facilitaban el entendimiento de la lectura quienes recibían los documentos.
Cada uno de nosotros, tenemos una manera diferente de dibujar las letras sin detenernos a pensar en la persona que tiene que interpretarlo o leerlo. Desde hace años que no se presta mucha atención (sea por el motivo que sea) a la ortografía y con ello se llega al libre albedrío en la creación abstracta de nuestra personal manera de expresarnos en la escritura. Pues bien, inventores, ingenieros, diseñadores etc.. dedicaron una parte de su existencia a investigar y solucionar este tema creando un concepto que haría cambiar el mundo escrito. La interacción del hombre creativo con la perfección matemática de la máquina, consiguieron que, todos por igual, entendiésemos las letras a la perfección. fantástico ¿verdad? Parad a pensarlo cuando vuestro médico os rellene una receta a mano y luego cuando sales a la calle, quieres saber que te ha medicado o como te lo tienes que tomar...
Bien, no se si me he expresado con suficiente claridad, aunque realmente, lo que me atrae de verdad es la secuencia en el que estos fabulosos e intrépidos personajes que son los inventores y como concebían sus proyectos plasmándolos en un papel y con un lápiz.
Hermosos artefactos y maquinarias salieron de fabricas cuando su utilización estaba en auge, aún hoy en día la podemos admirar e incluso podemos hacernos con una de ellas. Las formas en su conjunto, son escultóricas son muy variadas, incluso las hay con matices rococó y art nouveau que más que para usarlas, podrían servir perfectamente para lucirse en un lugar idóneo.
----------------------------------------------CONTINUARÉ-------------------------------------------
Bien, continuamos con esta aventura.
Sabía que en el mercado del coleccionista en el ciberespacio, habría algo más que descubrir y me dispuse a explorarlo. Después de unas cuantas horas metido por callejones virtuales, empecé a conocer este fantástico nuevo mundo.
A lo largo de la historia, la raza humana ha tenido que ingeniárselas para conseguir ir más lejos con menos esfuerzo, de ahí, llegaron todas las máquinas, grandes y pequeñas en las que se dedicaron muchos esfuerzos para llevarlas a cabo y que luego la humanidad disfrutó y sigue disfrutando de ellas.
Concretamente y sin extendernos demasiado, están las máquinas de escribir, artefactos que facilitaban el entendimiento de la lectura quienes recibían los documentos.
Cada uno de nosotros, tenemos una manera diferente de dibujar las letras sin detenernos a pensar en la persona que tiene que interpretarlo o leerlo. Desde hace años que no se presta mucha atención (sea por el motivo que sea) a la ortografía y con ello se llega al libre albedrío en la creación abstracta de nuestra personal manera de expresarnos en la escritura. Pues bien, inventores, ingenieros, diseñadores etc.. dedicaron una parte de su existencia a investigar y solucionar este tema creando un concepto que haría cambiar el mundo escrito. La interacción del hombre creativo con la perfección matemática de la máquina, consiguieron que, todos por igual, entendiésemos las letras a la perfección. fantástico ¿verdad? Parad a pensarlo cuando vuestro médico os rellene una receta a mano y luego cuando sales a la calle, quieres saber que te ha medicado o como te lo tienes que tomar...
Bien, no se si me he expresado con suficiente claridad, aunque realmente, lo que me atrae de verdad es la secuencia en el que estos fabulosos e intrépidos personajes que son los inventores y como concebían sus proyectos plasmándolos en un papel y con un lápiz.
Hermosos artefactos y maquinarias salieron de fabricas cuando su utilización estaba en auge, aún hoy en día la podemos admirar e incluso podemos hacernos con una de ellas. Las formas en su conjunto, son escultóricas son muy variadas, incluso las hay con matices rococó y art nouveau que más que para usarlas, podrían servir perfectamente para lucirse en un lugar idóneo.
----------------------------------------------CONTINUARÉ-------------------------------------------
Hola me parece muy interesante, yo tb me he hecho de una maquina igual, y si le digo la verdad no tengo ni idea de como funciona siquiera, así que estoy deseando de poder repararla porque está algo oxidada y no corre cuando se pulsa una tecla, por eso quisiera por favor saber si pudiera pasarme el manual digitalizado por correo electronico o si tiene algún tutorial preparado sobre como la reparó la suya. Quedo muy agradecido y mi correo electrónico es tsmanu22@hotmail.com le pediria por favor me ayudara. Saludos.
ResponderEliminar