Hace algún tiempo que vengo meditando sobre la vida en el planeta y tengo que decir, sin llegar aún a conclusiones certeras, que mi filosofía a cerca de la humanidad empieza a tambalearse.
Siempre he intentado ser positivo, aunque últimamente me abruma la fatalidad en la que estamos inmersos.
Veamos, a vista de pájaro, de que manera nos hemos comportado a lo largo de nuestra historia y que ahora continuamos igual o peor. Es realmente vergonzoso de lo que somos capaces por asirnos a un atisbo de poder. Nuestras debilidades están fuera de control y no somos capaces de RESPETAR, o mejor dicho, de RESPETARNOS a nosotros mismos, con lo cual, nos podemos hacer una ligera idea de la magnitud del daño que nos estamos ocasionando.
Mi corazón llora y se encoge cada vez que escucho esas noticias tan Dantescas que no hace falta que os recuerde pues ya estamos hartos más que suficiente. ¿Que nos está sucediendo?
Yo alucinaba con la serie de STAR TREK en la que parecía que después de largos años de estudio de nuestra sociedad, se había llegado a un equilibrio utópico de tolerancia y convivencia aunque , por supuesto ahí estaban los klingon para hacer la puñeta. Y yo me pregunto: ¿Tiene remedio nuestra sociedad para un futuro? ¿podremos convivir si guerras ni hambres ni tantas situaciones que por lo general están asociadas al poder? o ¿ es que nos supera la desidia por los que conviven con nosotros y nos aferramos a nuestras egoístas convicciones pase lo que pase? No, esto es mucho más.
Yo creo que nos quedamos anclados en la edad de la pubertad incomprendida y somos incapaces de madurar y hacernos adultos consecuentes.
¿Donde están las buenas ideas? Empecemos por recordar lo que significa la palabra ALTRUISMO.
Por desgracia a los humanos la mayoría de veces nos hace falta una buena "OSTIA" para que nos demos cuenta de lo que estamos haciendo mal.
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Estos últimos días hemos asistido a unas de las escalofriantes catástrofes tanto naturales como políticas en nuestro maltratado punto en el espacio. Quisiera mitigar de alguna manera, la desgracia que sufre esa pobre gente que en este preciso momento lo está pasando fatal, o mejor dicho, que está viviendo el infierno del que tanto miedo le tenemos. No puedo ni imaginar la aberrante y escalofriante brutalidad que debe ser un minuto de cada una de esas vidas. Me siento egoístamente maniatado a la necesidad del día a día pues como una gran parte de mis compatriotas, tenemos el deber de llevar el pan a nuestros hijos y preservar nuestro cobijo como buenamente podamos. Si, intento justificar mi parte de desidia. Sin embargo, podemos aprovechar un poco más esa parte del cuerpo que nos diferencia del resto de animales que es la inteligencia y que aún tenemos a nuestro alcance e intentar que nuestra vida sea más provechosa y agradable para nuestros hermanos.
Porque... en este planeta todos somos hermanos.
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